Un hormiguero de gente y vendedores ambulantes me obligaron a omitir los detalles. En esta zona el tráfico de mercancía era constante y los diablitos con cajas despachurradas abundaban. Empezó a llover y un millar de piernas se confundieron con el lodo. Quedé atrapada entre esa masa carnosa, posible materia prima para las salchichas del futuro.
quien sabe que sea esto pero me gusta mucho.. parece que es un desayuno nutrifantastico.
ResponderEliminarJajaja gracias Marbl... y sí, algo tiene que ver con el desayuno. Saludos.
ResponderEliminarMe encantó la caja y su contenido!
ResponderEliminarGracias Diego, creo que me faltó añadirle un perrito callejero.
ResponderEliminarCada vez que recuerdo la caja se me abre el apetito... también me imagino un árbol de navidad adornado con chorizo, chistorra, moronga... ñam.